Pese al mal tiempo reinante, este año, como en cursos anteriores, también hemos disfrutado de unas divertidas actividades deportivas en el medio natural (esquí, piragüismo, surf, carreras de orientación, escalada, prácticas de rappel,…)
A final de curso programamos una convivencia de dos días en el Albergue de la Hermida, lugar privilegiado, custodiado por las imponentes moles calizas que configuran el desfiladero del mismo nombre y constituyen la puerta de entrada al majestuoso Parque Nacional de los Picos de Europa.
En esta ocasión el tiempo acompañó y el primer día, con los cielos despejados, saliendo del coqueto pueblo asturiano de San Esteban de Cuñaba ascendimos al encaramado pueblo de Tresviso por la «Pasá del Picayu» para, finalmente, regresar al desfiladero por el antiguo camino minero de Urdón.
No es una ruta fácil, pero la variedad y sobrecogedora belleza de sus diferentes paisajes compensaron los sacrificios a los que nos sometieron sus fuertes pendientes.
Hubo ocasión de mitigar el esfuerzo acumulado con un refrescante baño en la diáfanas y gélidas aguas del Urdón, aunque no se atrevieron todos.
La vía Ferrata de la Hermida constituyó el objetivo del segundo día y especialmente sus vertiginosos puentes tibetanos que cuelgan sobre el abismo.